
El trabajo de una persona es una función que hace engranaje con una inmensa cadena de valor. Desarrollar la función competentemente sostiene una organización competitiva.
Extracto Publicado en la Revista Gestión Pública y Desarrollo en Enero 2012
2. No diferenciar entre las competencias funcionales y las conductuales.
Las competencias derivan del término competente, que implica tener la capacidad de realizar algo en forma destacable. Se espera en una organización que una persona desarrolle sus funciones competentemente. ¿Por qué debe desarrollaras competentemente? Porque esa función se encuentra encadenada a una serie de actividades, que de darse todas de forma competente, implican que hay un buen desempeño económico de la organización y en consecuencia, un buen desempeño estratégico. No es que deba saber matemáticas, ni que deba conocer de la legislación; debe desarrollar auditorías, elaborar matrices de riesgos, formular soluciones en situaciones de contingencia, etc. A este tipo de funciones que forman parte de la cadena de valor de la organización y que deben ser desarrolladas competentemente las llamamos competencias funcionales.
Por otra parte existen ciertas características personales en el ambiente organizacional, un conjunto de acciones que dan cuenta de un comportamiento adecuado para la persona en el puesto y para los objetivos de la organización. No forman parte de la cadena de valor porque no se remiten a funciones pero le dan eficiencia y sentido a éstas. Por ejemplo, trabajo en equipo, empatía, orientación al servicio, liderazgo, etc. A estos constructos podemos clasificarlos dentro de las competencias comportamentales o conductuales.
Un error enorme, que gradualmente ya se está reduciendo, es que se mezclan indistintamente competencias funcionales con competencias comportamentales o conductuales. Los procesos para poder analizar, planificar, implementar y controlar competencias funcionales y comportamentales son sustancialmente diferentes, implican actividades paralelas que no se pueden mezclar, ni mucho menos sustituir.