El Aura Chacra o los Gallinazos de la Revocatoria

gallinazos

Volando bajo,
viviendo entre la basura,
ilusionados con tan sólo carroña,
los gallinazos de chacra
que solo miran hacia abajo,
rezan que ella caiga,
que la Voten al desperdicio.

El día domingo 17, a todo limeño mayor de edad, le tocará reflexionar respecto a su voto en la revocatoria.
Susana Villarán es una persona que me agrada poco. Es víctima de su astucia política, donde su estrategia electoral delimitó el tamaño del patíbulo en el que está ahora no sólo ella, sino toda la ciudad de Lima.

De hecho, creo que Susana Villarán es una persona con bajas capacidades de comunicación y con una imagen poco clara: una izquierda que mezcla un profesionalismo de ONG ochentera con raíces aristocráticas y de servicio público tanto por el lado Villarán como por el lado De la Puente. Es como ver a un personaje tipo Mafalda consumida por esteroides y el libre mercado.

Definitivamente no vote por Susana y no votaría por ella.

Pero sí hay algo importante que debo reconocer: a pesar de lo mala que pueda ser su imagen y la de su gestión, hay un cáncer que ella y sus colaboradores han decidido extirpar y es el aura chacra que rodea a Lima desde que fue bendecida por primera vez por un cura…vale decir, desde su fundación.

Pero ¿qué es chacra? Es aquello en que una persona hace algo si considerar el más mínimo respeto o hacia alguien, incluyendo a uno mismo. Es el puro beneficio de corto plazo por el beneficio. Lo chacra no tiene alma, no tiene preocupación por el prójimo y, en consecuencia, no tiene ética. Algo puede ser muy malo, un servicio de mala calidad, incluso una gestión municipal pero todo ello es sustancialmente diferente a algo chacra. Es algo que uno lo ve y lo siente.

Las humillaciones de Ferrando a sus concursantes a cambio de la inmutable cocina Surge, los chistes racistas en risas y salsa en los 80’s y prolongada por una estirpe de cómicos posteriores, el metabolismo de chisme a rating patentado por Magaly TV y  los gritos y golpes de los «invitados» de Laura Bozzo, los titulares de los diarios chicha de los 90s, entre otros son ejemplos precisos de lo chacra, pues reduce la importancia del respeto y de auto respeto.

Lo peor de todo esto es que esos contenidos se han apoderado de nuestros pensamientos y posteriormente, de nuestras acciones: Dejar en 1881 a los defensores de lima con rifles estadounidenses y municiones alemanas, subir cañones al cerro san cristóbal, hacer el pan popular, dejar que toneladas de carne se pudran en un barco en el Callao, levantar un tren inconcluso, dejar zonas de la ciudad sin acceso a agua potable, tomar la decisión de regalar vitaliciamente una selección nacional por 6 – 0, robar cable, comer oro, comer pollo, etc…todo evidencia que nosotros también, ciudadanos de Lima tenemos un cromosoma chacra y lo volcamos en la forma en que vivimos nuestra ciudad.

Es por lo anterior que, en una ciudad que ha sido durante más de cuatro siglos chacra con sus habitantes y doblemente chacra con sus inmigrantes, es inédito lo realizado por esta gestión municipal en La Parada, patrimonio de lo chacra y lugar que que poco dignifica al esfuerzo de generaciones de migrantes y más bien refleja nítidamente las cuotas de mafia.
El desalojo de La Parada adoleció por ser amateur desde el punto de vista técnico y de mitigadores pero sí me quedo con la convicción de terminar con una chacra de nadie, que se ha llevado muchas más vidas en sus cerca de 60 años de existencia a través del delito y los vicios en el que ningún alcalde tuvo la hombría de enfrentar y en el que algunos de ellos se tornaron cómplices. Este mismo análisis de pantalones aplica a la reforma de transporte emprendida por la actual administración.

Creo que lo bueno de todo esto, es que las acciones de la actual gestión han hecho que todo lo chacra se aglutine (porque no tiene la capacidad de unificarse)en un frente amplio llamado Revocatoria, que apela a lo chacra de cada uno de nosotros. Lo chacra en la forma en la que se gestó, lo chacra en cómo se hicieron las colectas de firmas, lo chacra de los calificativos lo chacra de las alianzas políticas que armaron, incluso lo chacra de la forma en que hicieron la cédula de votación…No estamos frente a un problema de ideología, de piel, de dinero o de sangre; estamos frente a un problema de responsabilidad con nosotros mismos: Si nos apartarnos o no como ciudadanos de lo chacra, que puede ser hasta  morbosamente chistoso verlo pero que no dará tanta risa cuando empiezas a darte cuente que has vivido siempre en la basura y mirando hacia abajo, pudiendo haber tenido una vida más digna.

Lima NO será chacra.